Los aceites esenciales actúan principalmente sobre el terreno biológico de la persona y contribuyen a la regulación de las principales funciones del organismo. Por ello se dice que son multifuncionales y multinivel. Son a la vez materia, energía e información. Esto es lo que los caracteriza y los diferencia de cualquier otra sustancia que podamos encontrar. En realidad, no hay nada comparable. Cuando hablamos de materia, nos referimos justamente a la estructura molecular del aceite esencial y de las propiedades terapéuticas relacionadas con ella. Son energía gracias a su potencial bioeléctrico. Se pueden clasificar en función de su polaridad, la cual permite determinar una acción estimulante o tonificante por una parte y una acción calmante y relajante por la otra. Finalmente, los aceites esenciales vehiculan una información olfativa y vibratoria capaz de influir en nuestro estado de ánimo y nuestro comportamiento. Los aceites esenciales de las más hermosas plantas aromáticas se caracterizan por su fragancia única, la cual, captada por los receptores neuro olfativos y descodificada por el centro de la olfacción en el cerebro límbico, entrega un mensaje, una información capaz de influir sobre nuestros comportamientos, nuestras emociones, nuestras tendencias en relación directa con nuestra vivencia personal, nuestra historia afectiva, nuestra intimidad.
Rituales con Aceites Esenciales
Los Aceites Esenciales, el Alma de las plantas, nos acompañan con su vibración en nuestro camino de crecimiento. Es desde esa alineación con la energía que nuestro cuerpo emocional es acompañado y desde ahí, en consecuencia, nuestro cuerpo físico, ya que el proceso de sanación es de adentro a fuera. Adentrarse en el maravilloso mundo de los aceites esenciales no es sólo saber y tener conocimiento de ellos y de sus infinitas propiedades, sino que requiere un camino de apertura a Sentirlos, a “hacerse amig@” de cada uno de ellos para conocerlos, para experimentar toda su amplitud y desde ahí hacer un camino “junt@s”.
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